En el análisis de la productividad y asistencias de los Diputados Federales de Baja California, surge un panorama revelador que pone de manifiesto notables contrastes entre sus desempeños. Entre los representantes, destaca la Diputada Morenista Evangelina Moreno (Distrito 5to), quien llama la atención por tener la menor productividad y un 20% de ausencias en sus votos, siendo aún más sorprendente su intención de reelegirse sin haber dejado el cargo ni solicitado licencia. Esta situación plantea interrogantes sobre la ética política al no renunciar a su sueldo durante la campaña.
En contraposición, la Diputada Morenista Socorro Irma Andazola Gómez (Distrito 4) emerge como un ejemplo de buen desempeño legislativo, con solo un 1% de inasistencias. Su destacada labor se refleja en la presentación de 20 dictámenes de iniciativas de ley, sin que ninguno haya sido rechazado. Sin embargo, también busca la reelección, generando la pregunta sobre la continuidad de legisladores con altos estándares de desempeño.
Resulta interesante observar que 24 legisladores que buscan la reelección han renunciado a su sueldo y apoyos, evidenciando una acción concreta para centrarse en la campaña. Entre ellos, el Diputado verde Fausto Gallardo del Distrito 8 destaca al haber renunciado a su salario y mostrando solo un 5% de ausencias en sus votaciones. Además, se le reconoce por haber logrado la aprobación de una reforma constitucional, un logro único en el contexto estatal.
Ante este escenario, se plantea la cuestión ética y democrática sobre la reelección de Diputados Federales con bajos rendimientos legislativos. ¿Es adecuado permitir que representantes con escaso impacto en su labor obtengan nuevamente la confianza de la ciudadanía? La transparencia en la rendición de cuentas y la evaluación objetiva de la productividad legislativa son elementos cruciales para fortalecer el sistema democrático y garantizar representantes comprometidos con el bienestar de la sociedad.