El triunfo de Trump sacude el nearshoring y pone en riesgo las maquilas en la frontera.

El reciente regreso de Donald Trump al escenario político como presidente de Estados Unidos ha generado incertidumbre en la relación económica y comercial con México, particularmente en la región fronteriza. Antes de este triunfo, el nearshoring —la tendencia de trasladar cadenas de suministro hacia países cercanos para reducir costos y riesgos— era el eje central de la narrativa económica nacional. Este fenómeno había comenzado a detonar inversiones estratégicas en zonas industriales de México, con proyectos prometedores como las plantas de Tesla en Nuevo León y una creciente expansión de maquiladoras en Baja California.

Sin embargo, las amenazas de Trump de imponer nuevos aranceles a productos mexicanos y repatriar operaciones de gigantes industriales como John Deere, Ford y Tesla han encendido las alarmas. Estas políticas no solo podrían frenar la llegada de nuevas inversiones a México, sino también poner en peligro las operaciones ya establecidas. Además, su postura de renegociar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) genera preocupación sobre el futuro del comercio trilateral.

Impacto en la frontera

La frontera norte de México, especialmente estados como Baja California, Nuevo León y Chihuahua, se ha beneficiado significativamente del nearshoring. La cercanía con Estados Unidos, su infraestructura y su fuerza laboral han convertido a esta región en un destino atractivo para empresas que buscan optimizar sus cadenas de suministro. Sin embargo, las posibles políticas proteccionistas de Trump podrían:
1. Afectar las maquiladoras: Este sector, que emplea a millones de personas en la frontera, depende en gran medida de la exportación a Estados Unidos. Nuevos aranceles o restricciones comerciales podrían encarecer sus productos, disminuyendo su competitividad.
2. Frenar nuevas inversiones: Empresas extranjeras, atraídas por el nearshoring, podrían reevaluar sus planes en México ante la incertidumbre de futuras tensiones comerciales.
3. Debilitar la integración comercial: Una renegociación desfavorable del T-MEC podría revertir años de integración económica, afectando no solo las maquilas, sino también a los pequeños y medianos proveedores que dependen de este sector.

Riesgo para el nearshoring

El nearshoring había sido una estrategia clave para aprovechar las tensiones entre Estados Unidos y China, posicionando a México como una alternativa viable para las empresas estadounidenses. Con Trump en el poder, esta ventaja podría desvanecerse si las empresas sienten presión para regresar sus operaciones al territorio estadounidense o enfrentan costos adicionales por operar en México.

¿Qué sigue?

El desafío para México es mayúsculo. Será crucial reforzar la diplomacia con Estados Unidos, garantizar la estabilidad del T-MEC y ofrecer incentivos atractivos para que las empresas mantengan y expandan sus operaciones en el país. También es necesario diversificar mercados para reducir la dependencia de la economía estadounidense y fortalecer la competitividad interna mediante infraestructura, capacitación laboral y seguridad jurídica.

El regreso de Trump amenaza con sacudir las bases de la integración comercial entre ambos países. Si bien México se ha beneficiado enormemente del nearshoring, el panorama actual exige estrategias claras y una sólida defensa de los intereses nacionales para enfrentar esta nueva etapa de relaciones bilaterales.