Por Redacción Brazo Poderoso

En los últimos meses, habitantes, senderistas y ambientalistas han reportado un creciente número de avistamientos de borregos cimarrones en la zona serrana de La Rumorosa, en Baja California. Las imágenes, captadas por cámaras personales y drones, muestran a grupos enteros de esta emblemática especie recorriendo libremente su hábitat natural, una escena que hace apenas una década era casi imposible de observar con tanta frecuencia.

Los especialistas coinciden: este fenómeno es reflejo de una recuperación progresiva de la especie, gracias a un mayor control sobre la caza furtiva, la vigilancia ecológica, y una conciencia ambiental que va en aumento entre los pobladores y visitantes del área.

Una especie símbolo del desierto

El borrego cimarrón (Ovis canadensis) es una especie de mamífero silvestre endémica del noroeste de México y el suroeste de Estados Unidos. En la península de Baja California habitan tres subespecies: nelsoni, cremnobates y mexicana, siendo la primera la más asociada a zonas como La Rumorosa.

De acuerdo con estudios recientes realizados por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), las zonas de mayor presencia en la región coinciden con terrenos de fuerte pendiente (entre 39 y 44%), elevaciones medias (entre 760 y 820 metros) y exposición al este o sureste. Estas condiciones permiten a los borregos desplazarse con agilidad y mantenerse a salvo de depredadores o amenazas humanas.

¿Cuántos quedan?

Aunque no existen cifras oficiales actualizadas mes a mes, censos aéreos realizados por la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS) y la CONABIO a inicios de 2025 identificaron 154 puntos confirmados de presencia de borregos cimarrones en Baja California, particularmente en las zonas serranas de Tecate, Mexicali y San Pedro Mártir.

A nivel histórico, en 1959 se estimaba que existían unos 2,000 ejemplares en la península. Para 1974, la cifra había aumentado a un rango de entre 4,500 y 7,800. Hoy, se presume una población estable, aunque fragmentada, distribuida a lo largo de más de 3,600 hectáreas de hábitat potencial identificado.

Comportamiento tranquilo, señal de confianza.

Uno de los aspectos más llamativos de los avistamientos recientes es la calma de los animales frente a la presencia humana. Muchos se dejan observar e incluso fotografiar a distancia sin mostrar señales de huida. Esto, señalan expertos, indica que las nuevas generaciones de borregos no han sido condicionadas por la persecución o el miedo, y que no han estado expuestas a la caza ni al hostigamiento, lo que habla de un ambiente menos agresivo y más respetuoso con la vida silvestre.

Conservación y vigilancia

El resurgimiento del borrego cimarrón no es producto del azar. Diversas instituciones han trabajado en conjunto durante años para fortalecer los esquemas de protección de su hábitat, limitar la caza ilegal y promover un uso responsable del territorio. La colaboración entre autoridades ambientales, ejidos y organizaciones de conservación ha permitido establecer áreas de amortiguamiento, así como programas de educación ambiental y monitoreo constante.

En paralelo, la caza deportiva controlada, que durante décadas fue fuente de polémica, se ha ido restringiendo, y en varias zonas ha sido completamente suspendida.

Una buena noticia para Baja California

El regreso del borrego cimarrón a La Rumorosa representa una victoria ambiental significativa para Baja California. Se trata no solo del regreso de una especie emblemática, sino de una señal de que es posible recuperar el equilibrio ecológico cuando hay voluntad, vigilancia y respeto por la naturaleza.

La presencia visible y activa de estos animales en la región no solo embellece el paisaje, sino que recuerda a todos que aún estamos a tiempo de proteger lo que nos queda y restaurar lo que habíamos perdido.

A inicios de 2025, un censo aéreo realizado por la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS) y la CONABIO identificó 154 puntos de presencia confirmada de borrego cimarrón en distintas zonas de Baja California, especialmente en áreas serranas como La Rumorosa, San Pedro Mártir y la Sierra de Juárez. Aunque este conteo refleja ubicaciones y no individuos, la última estimación oficial de la SEMARNAT —realizada en 2015— calculaba una población de aproximadamente 1,000 ejemplares en el estado. En el sur de la península, se estiman otros 1,600 borregos. Estas cifras confirman que Baja California sigue siendo uno de los últimos bastiones naturales para esta emblemática especie del desierto.