Cientos de personas se reúnen a las afueras del templo San Francisco de Asís, sobre la calle tercera, esquina com Av. 5 de mayo para comenzar el l tradicional viacrusis, terminando en el Santuario de la Virgen de Guadalupe. Algunas vialidades de la zona se encuentran cerradas por autoridades y otras más se irán cerrando conforme avance la multitud.
La tradición mexicana de recrear el Viacrucis durante la Semana Santa es una expresión profunda de fe y devoción que ha perdurado a lo largo de los siglos. Este evento dramático y artístico conmemora el camino de Jesucristo hacia la crucifixión, y es interpretado por miembros de la comunidad, quienes asumen los roles de Jesús, María, los discípulos y otros personajes bíblicos.Cada año, en ciudades y pueblos de todo México, las calles cobran vida con representaciones del Viacrucis que van desde pequeñas actuaciones locales hasta elaboradas producciones teatrales. Desde la primera estación, donde Jesús es condenado a muerte, hasta la última estación, donde es sepultado en el sepulcro, los participantes recrean con fervor cada paso del camino de Cristo.Esta tradición no solo es un evento religioso, sino también una manifestación artística que involucra música, vestuario, escenografía y actuación. Los participantes se preparan durante semanas, ensayando sus líneas y movimientos para ofrecer una representación conmovedora y auténtica.La recreación del Viacrucis no solo es una forma de recordar los eventos de la Pasión de Cristo, sino también una oportunidad para la comunidad de unirse en oración y reflexión. A lo largo del recorrido, los espectadores se sumergen en la historia sagrada, contemplando el sacrificio de Jesús y reflexionando sobre su significado en sus propias vidas.Además de su aspecto espiritual, el Viacrucis también es una celebración cultural que fortalece los lazos comunitarios. Las familias se reúnen para participar en la representación o para presenciarla, compartiendo momentos de convivencia y tradición.En un país tan diverso como México, cada región aporta su propio estilo y elementos distintivos a la representación del Viacrucis, enriqueciendo aún más esta tradición ancestral. Ya sea en las calles de un pueblo remoto o en una gran ciudad, el Viacrucis sigue siendo una expresión vibrante de fe y arte que une a la comunidad en torno a la historia más sagrada del cristianismo.