
El enfrentamiento arancelario entre México y China amenaza con dejar profundas huellas en Tijuana y el resto de Baja California, una región cuya economía depende en gran medida de la maquila, el comercio transfronterizo y la importación de productos asiáticos. El déficit comercial récord que mantiene México con China —más de 57 mil millones de dólares en los primeros seis meses de 2025— es el telón de fondo de una disputa que podría cambiar las reglas del juego para esta frontera.
El impacto en la maquila y las cadenas de suministro
Tijuana es uno de los polos manufactureros más dinámicos del país. Aquí se producen televisores, autopartes, dispositivos médicos y electrónicos que se exportan principalmente a Estados Unidos. Pero gran parte de esas cadenas productivas dependen de insumos provenientes de China. Con los aranceles de hasta 50% anunciados por el gobierno federal, el costo de esos componentes se disparará, lo que puede afectar la competitividad de la maquila tijuanense.
En el corto plazo, empresas podrían enfrentar retrasos en sus procesos productivos y mayores costos de operación. En el mediano, no se descarta que algunas líneas de producción busquen relocalizarse si los insumos se encarecen demasiado. El reto para la industria será encontrar proveedores alternativos —Vietnam, Corea del Sur, India— o bien negociar ajustes en sus contratos de exportación.
El golpe al consumo y el comercio local
El comercio en Tijuana, que históricamente se nutre de la importación de productos chinos —ropa, calzado, electrónicos, juguetes—, también resentirá el golpe. Un alza de precios en tiendas locales es prácticamente inevitable, lo que impactará directamente al bolsillo de los consumidores fronterizos.
Ante esa presión, se prevé que muchos tijuanenses recurran a la alternativa más cercana: adquirir esos mismos productos en San Diego, donde quizá la oferta se mantenga más amplia y con precios más competitivos. Ello podría incrementar el cruce hormiga y el flujo de mercancías informales, un fenómeno que ya caracteriza a esta frontera.

Una ventana de oportunidad
No todo es riesgo. Para ciertos sectores de Baja California, como la fabricación de muebles, calzado, textiles y hasta autopartes, la coyuntura representa la posibilidad de sustituir parte de las importaciones chinas. Si logran escalar su producción y mantener precios competitivos, podrían captar un mercado que se verá forzado a buscar alternativas.
Además, la tendencia global del nearshoring podría acelerarse. Inversionistas internacionales que busquen evitar los costos arancelarios en la importación de productos desde Asia podrían instalar sus plantas directamente en Baja California, aprovechando la cercanía con Estados Unidos y los beneficios del T-MEC. Con ello, la región tendría la posibilidad de consolidarse como un nodo estratégico en las cadenas de valor norteamericanas.
La frontera bajo presión
Más allá de lo económico, el conflicto arancelario también tiene una lectura geopolítica: Estados Unidos observa con lupa cómo México maneja sus vínculos con China. Washington teme que su vecino del sur se convierta en un canal de entrada de productos chinos hacia su mercado. Por eso, la presión para que México endurezca su postura es fuerte, y Baja California, por su posición fronteriza, queda justo en medio de ese tablero de ajedrez.
El resultado inmediato puede ser un incremento en la inflación local, un mayor costo de vida para los tijuanenses y tensiones en el empleo maquilador. El resultado a mediano plazo dependerá de la capacidad de la región para adaptarse, atraer nuevas inversiones y aprovechar las oportunidades que surjan del reacomodo comercial.
Hay que estar muy atentos, ya que Tijuana está en la primera línea de impacto de la guerra arancelaria entre México y China. Lo que hoy parece un riesgo por encarecimiento de insumos y bienes importados, mañana podría convertirse en una oportunidad para fortalecer la industria local y atraer inversión extranjera. El desafío será transitar esa delgada línea sin que la economía familiar y el empleo maquilador paguen el costo más alto.
