San Diego, California — Miles de personas se congregaron este viernes en el corazón de San Diego como parte de la marcha nacional “No Kings”, un movimiento que rechaza las políticas migratorias implementadas por el expresidente Donald Trump y que ha cobrado fuerza en los últimos días debido al endurecimiento del discurso antiinmigrante en Estados Unidos.

La movilización coincidió con el cumpleaños del exmandatario, fecha simbólicamente elegida por los organizadores para denunciar lo que califican como un “culto autoritario” en torno a la figura de Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre de este año. El nombre de la marcha, “No Kings” (Sin Reyes), alude a la preocupación de que el exmandatario intente gobernar sin contrapesos democráticos.
El evento en San Diego fue parte de una serie de protestas sincronizadas en más de 50 ciudades estadounidenses, incluyendo Los Ángeles, Nueva York, Houston, Chicago, Atlanta y Phoenix. La convocatoria logró reunir a personas de distintas comunidades —migrantes, activistas, estudiantes, sindicatos y organizaciones civiles— con un mensaje claro: la dignidad humana no conoce fronteras.
Los participantes denunciaron las redadas, las deportaciones sin debido proceso y las condiciones inhumanas en centros de detención de migrantes, hechos que se han intensificado con los discursos electorales que estigmatizan a las comunidades latinoamericanas. “Estamos aquí porque nuestras familias han sido separadas. Porque nuestros padres, nuestros hijos, nuestros amigos han vivido con miedo durante años. Ya basta”, expresó Alejandra Castañeda, residente de Chula Vista, cuya madre fue deportada en 2019.
La protesta se desarrolló de manera pacífica, aunque en un entorno de alta vigilancia por parte de autoridades locales. Carteles con mensajes como “No hay justicia en las jaulas”, “Los migrantes también construyen esta nación” y “No más muros, no más reyes” se vieron por todo el centro de San Diego. También hubo expresiones artísticas: músicos, poetas y muralistas colaboraron para convertir la protesta en una jornada de resistencia cultural.
Los organizadores aprovecharon para criticar el desfile militar programado en Washington, D.C., en honor al cumpleaños de Trump, evento que incluyó más de 6,000 soldados, 50 helicópteros y 150 vehículos blindados. Para ellos, este tipo de demostraciones de poder militarista representan un desvío de los valores democráticos del país.
Activistas fronterizos desde Tijuana y Baja California también expresaron solidaridad con las movilizaciones. “Lo que pasa allá nos afecta directamente aquí. Tenemos familias mixtas, vivimos en un entorno transfronterizo. Por eso, cuando atacan a los migrantes, nos están atacando a todos”, declaró Roberto Martínez, defensor de derechos humanos en la región.
Con las elecciones presidenciales en el horizonte, y con una comunidad latina cada vez más movilizada, la marcha “No Kings” se posiciona como una advertencia al poder político: los migrantes no están dispuestos a ser silenciados. Su mensaje, desde las calles de San Diego y más allá, fue contundente: ni reyes, ni muros, ni miedo.