Lo delicado: Aparece Mexico en los textos del prototipo del billete como aliado en ese posible bloque que seguramente podría ser un golpe para nuestros socios del norte.
Durante la XVI Cumbre de los BRICS, se presentó un prototipo de billete para una posible moneda conjunta del bloque económico, desarrollado por representantes rusos. Este movimiento marca un avance importante en la estrategia del grupo de reducir la dependencia de divisas como el dólar y el euro. La propuesta, aunque aún en una etapa exploratoria, es relevante para aquellas regiones conectadas estrechamente con el comercio y las finanzas internacionales, donde las fluctuaciones monetarias tienen efectos inmediatos.
La creación de esta moneda fue inicialmente discutida en agosto del año pasado, durante la cumbre en Sudáfrica. Su objetivo principal es facilitar el comercio entre los países miembros y el financiamiento de grandes proyectos industriales y de infraestructura, manteniendo al mismo tiempo las monedas nacionales de cada país. Esta medida podría evitar problemas de inestabilidad económica, pero las regiones con altos volúmenes de comercio internacional podrían sentir cambios a medida que esta divisa cobre relevancia.
En particular, zonas cercanas a las fronteras con Estados Unidos, que dependen en gran medida de su cercanía geográfica y de las dinámicas comerciales con este país, podrían verse afectadas. El cambio hacia una mayor independencia de las divisas occidentales podría reconfigurar las relaciones comerciales y los flujos financieros en estas áreas, influyendo directamente en la inversión y en los intercambios comerciales.
Además de la moneda conjunta, los BRICS han avanzado en el desarrollo de sistemas complementarios como BRICS Pay, un sistema de pago sin efectivo que podría estar operativo en Rusia a finales de año. Este sistema permitirá a los usuarios realizar pagos con tarjetas como Visa y Mastercard, y más adelante con el sistema de pago MIR, facilitando las transacciones tanto dentro del bloque como a nivel internacional. Esto podría tener implicaciones considerables para las economías que dependen de sistemas financieros globales y los flujos turísticos internacionales.
Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha enfatizado que la introducción de esta moneda será un proceso gradual, subrayando la necesidad de crear primero herramientas financieras seguras y ampliar el uso de las monedas nacionales dentro del bloque. Para las regiones que dependen del comercio internacional, como las situadas en las proximidades de Estados Unidos, cualquier avance en este proyecto puede tener implicaciones significativas a mediano y largo plazo. El desafío para estas áreas será adaptarse a los cambios en las dinámicas comerciales globales, conforme los BRICS avancen hacia una mayor independencia financiera.