ISRAEL EN BAJA CALIFORNIA
La península de Baja California fue considerada para establecer el estado de ISRAEL, dada su privilegiada ubicación geográfica, y similitudes con la que se considera como la tierra prometida para los descendientes de Abraham.
Desde el siglo XIX, la poderosa comunidad judía de San Francisco, impulsó la fundación de la Sociedad Internacional para la Colonización de Judíos Rusos, que en 1891, entró en pláticas con el gobierno porfirista para adquirir ochenta mil hectáreas de la Baja California y asentar ahí a familias hebreas de Europa del Este y de la Rusia Zarista, que eran objeto de maltrato.
La operación no se llevó a cabo, pero con el surgimiento del Movimiento Territorialista para establecer el Estado de Israel, México siguió como uno de los principales objetivos para tal propósito. Los extensos llanos fértiles del brazo de la patria, continuaron como un anhelo para establecer allí al pueblo elegido.
El asentamiento de europeos en la Baja California fue tomado muy en serio, a tal grado que en junio de 1914, el agente inmobiliario Heinrich Arnold anunció en Berna que había conseguido financiamiento de seis millones de dólares, para trasladar a diez mil familias de Suiza a la California Mexicana, pero el acuerdo no pudo concretarse debido a que nuestra nación se encontraba en plena guerra civil. Eran los tiempos de la Revolución.
Previo a la segunda guerra mundial, decenas de israelitas perseguidos por el nazismo emigraron a México. Fue en febrero de 1938, cuando se publicó en la revista Foro Judío el sorprendente plan del doctor George Richter, para redirigir el éxodo de Europa hacia la Baja California.
Sus tierras óptimas para la agricultura y sus mares ricos en pesquerías, serían el espacio ideal para fundar el estado de Israel.
En la península se establecería un estado autónomo con capital en Tijuana, donde los hebreos entrarían en convivencia con sus casi cien mil habitantes. La seguridad sería garantizada por naciones del continente americano solidarias con el sufrimiento del pueblo judío.
Pero la petición no se dirigió al gobierno de México, sino al presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, para que a su vez planteara formalmente el proyecto a su homólogo Lázaro Cárdenas.
Al mismo tiempo, el magnate de los medios William Randolph Hearst, se mostró partidario de la idea y el 20 de noviembre de 1938, ordena la publicación en todos sus periódicos de un editorial titulado: “Una Nación para los Perseguidos o Desposeídos Judíos”.
En esa época de agitación mundial, también figuraron como posibles territorios para fundar el nuevo país porciones de Angola, Madagascar, Australia, Argentina y Guyana.
Ningún proyecto avanzó y en mayo de 1948, se fundó el Estado de ISRAEL en los históricos territorios de Palestina.
No pierdan de vista que en la actualidad, la península de Baja California continúa como opción para asentar a familias judías y fundar un nuevo país. Así lo plantea el autor Carlos Henry Cohen, quien pronostica que eso será una realidad antes del año 2037, cuando ocurra en la actual Palestina un evento catastrófico.