Por: Ernesto Sosa Rocha
Y pensar que un desierto arenoso, muy pegado a la frontera estadounidense, fue la primera población de toda la zona del valle y la ciudad de Mexicali, salvo la etnia Cucapá que ya estaba presente en zonas del Río Colorado y Hardy.
El Rancho Los Algodones tuvo la maravillosa fortuna de ser regada por el extenso Río Colorado, que desde las montañas del Colorado viene a bañar parte de esas tierras a su paso hacía el mar de Cortez. Quién iba a pensar que una inmensa llanura seca llena de medanos de arena y dunas, se convertirían en un futuro, en un refugio para los Pájaros de la Nieve, estadounidenses y canadienses retirados y en transformarse en la ciudad de la salud, llena de consultorios dentales, clínicas médicas y farmacias al por mayor. Que razón tenía el latifundista y empresario naviero sonorense, Guillermo Andrade, del gran potencial que veía en éstas benditas tierras. Que gracias a las rutas de las diligencias del Pony Express, que hasta éste lugar era la última posta del territorio mexicano y que se le agradece al Ferrocarril Intercalifornia, que aquí llegaba la última estación nacional de nuestro territorio de está grandiosa línea ferroviaria. No se sorprendan que en un futuro no muy lejano, se convierta en el 8° municipio de Baja California, Los Algodones, Baja California.
Fotografía de las dunas de arena de Los Algodones
Fotografía de una diligencia de caballos, que hacían los viajes de San Diego, California a Yuma, pasando por territorio nacional y por último Los Algodones.